HISTORIA

Debíamos de andar por los setenta de un siglo que ha visto cómo el hombre pisaba la luna. Aún creíamos en los Reyes Magos y en el castillo del ratoncito Pérez, cuando nuestros padres, Juan y Josefa, se adentraron de lleno en el mundo del mueble.

Papá tuvo la oportunidad de aprender el oficio de barnizador a principios de los 60 gracias al dueño, por aquel entonces, de Muebles Armengol, empresa ubicada en Lleida, la que se convirtió en su casa después de viajar desde su Andalucía natal.

Después de años trabajando por cuenta ajena, alquiló un viejo taller a las afueras de la barriada de La Bordeta y montó su propio negocio de lacado y barnizado de toda clase de derivados de la madera.

Aún recuerdo aquel sofocante olor entre barnices y disolventes. Todavía siento en mis mejillas el calor de aquella estufa de leña. Mis manos tocando aquel pequeño y viejo escritorio de pino sin acabado ninguno, cuyo único cajón guardaba la que era toda la documentación de su empresa.

Un cuarto de siglo cuidando el aspecto de toda clase de muebles menos el de aquella mesa; recuerdo de su primer empleo de zapatero.

Dieciocho y veintiún años tenían mis hermanos varones cuando se hicieron cargo de sus clientes. Nos dejó demasiado pronto por culpa de una enfermedad. Nunca les he oído quejarse por haber tenido que abandonar los estudios. Cómo si eso fuera lo que debían de hacer.

Treinta años hace que Juan y Jesús comparten su día a día. Primero en aquel destartalado taller, luego de alquiler en otro un poco más grande, terminando, por fin, dentro de las paredes de la nave que hoy regentan, en el Polígono Industrial Camí dels Frares, la misma que hoy están redistribuyendo haciendo sitio a la que es la pasión del benjamín de la familia, hoy un hombre que ya ha cumplido los cincuenta.

1988

2020

Su destino andaba agazapado, hasta ahora. Aún no dominaba la técnica del renovado que le va a permitir hacerse un hueco dentro del mundo del reciclado del mueble antiguo y viejo.

Ya tiene nombre su nuevo acabado: ECLEPTO. Una combinación de técnicas con las que deja aflorar la veta natural de la madera aun modernizándola con vistosos colores.

Tres años han transcurrido confeccionando su primer catálogo de muebles renovados. Muchos días donde al acabar su horario laboral seguía un rato más devolviéndoles a esas piezas la vida.

No sabe si le apasiona más encontrar esa vieja mesa de roble en la que vislumbra aparecerá un precioso trabajo artesanal de marquetería, o terminar confirmando su intuición en el taller devolviéndole el esplendor perdido.

Piezas únicas que después de pasar por sus manos se convierten, además, en una joya.

Colección AMONA es la primera muestra de su trabajo. Palabra en euskera que significa “Buena Madre” en homenaje a la que es su estrella.

C.J.Ruiz